Invencible

Cuando por fin me decidí a leer el comic de Los Muertos Vivientes y pillarme varios números de golpe (creo recordar que ya iban por el 9), me di cuenta rápidamente que estaba ante uno de los mejores cómics que había leído. Tampoco creo que haga falta recordaros que el día 31 de octubre (Halloween), la cadena AMC (responsable de Mad Men, Rubicon o Breaking Bad) estrena la serie basada en el cómic y tras la que se encuentra Frank Darabont (Cadena Perpetua).

Tanto me gustó Los Muertos Vivientes que enseguida me sentí tentado a leer algo más de su creador, Robert Kirkman, y lo que más sonaba era Invencible, co-creado junto a  Cory Walker como dibujante. Pregunté en la tienda de cómics y resulta que acababa de salir el número 12, y que los primeros eran difíciles de encontrar, pero dio la casualidad de que la semana siguiente los tenían en un montoncito.

Realmente lo mejor del cómic es cómo está llevada la historia y la naturalidad de los diálogos. La historia empieza cuando Mark, un joven de lo más normal (salvo porque su padre es Omni-Man, el mayor superhéroe del mundo) empieza a desarrollar poderes muy parecidos a los de su padre. A partir de ese momento, su padre empezará a entrenar a Mark, y éste empezará a hacer sus pinitos como luchador contra el crimen, trabajando a veces junto al Teen Team.

De momento he leído hasta el 5, y guau, vaya número y qué cambio pega la serie. Si los 4 primeros era una historia muy del estilo Los Increíbles, con padre e hijo con superpoderes  e intentando llevar una vida normal cuando no están salvando el mundo, el quinto mete un giro radical, el cual no voy a desvelar para no destripar nada. Además, a partir del número 5 (número 9 USA) el dibujo corre a cargo de Ryan Ottley, cuyo estilo me gusta bastante más que el de Walker.

Pues nada, que si os apetece un cómic de superhéroes diferente, fresco y que se lee en un pis-pas (y podéis encontrar los primeros números, los editados por Aleta), os recomiendo Invencible. No os defraudará.